
El sarcoma es un tipo de cáncer que puede ocurrir en distintas partes del cuerpo.
Sarcoma es el término general para un amplio grupo de tipos de cáncer que se origina en los tejidos blandos (también llamados conectivos) del cuerpo. El sarcoma de tejidos blandos se forma en los tejidos que conectan, sostienen y recubren otras estructuras del cuerpo. Comprenden los músculos, la grasa, los vasos sanguíneos, los nervios, los tendones y el revestimiento de las articulaciones.
Existen más de 70 tipos de sarcomas de tejidos blandos y el tipo de tejido en el que se origine el tumor determina el tipo de sarcoma de tejidos blandos. El tratamiento para el sarcoma varía según el tipo del que se trate, el tamaño, la ubicación y otros factores. Algunos sarcomas de tejidos blandos crecen lentamente, y permanecen en una región del cuerpo. Otros tipos crecen muy rápido y podrían diseminarse a otras partes del cuerpo.
El sarcoma de tejidos blandos puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, pero los tipos más frecuentes aparecen en el abdomen, en los brazos y en las piernas. El tratamiento más frecuente es la resección quirúrgica, aunque también pueden recomendarse la radiación y la quimioterapia, según sea el tamaño, el tipo, la ubicación y la agresividad del tumor.
Los sarcomas de tejidos blandos representan el 1% de todos los casos de cáncer. Aunque es más común que se presente en personas de más de 45 años, puede aparecer a cualquier edad, y un tercio de los casos se presenta en pacientes jóvenes.
Aproximadamente 40% de los sarcomas ocurre en las extremidades inferiores, 15% ocurre en las extremidades superiores, 30% ocurre en el tronco y 15% ocurren en la cabeza y el cuello.
En la mayoría de los casos, no se sabe con certeza qué es lo que causa el sarcoma de tejidos blandos. Algunos factores que pueden incrementar el riesgo para tener un sarcoma de tejidos blandos son:
- Síndromes heredados. El riesgo de padecer sarcoma de tejidos blandos puede heredarse de los padres. Los síndromes genéticos que aumentan el riesgo son el retinoblastoma hereditario, síndrome de Li-Fraumeni, poliposis adenomatosa familiar, neurofibromatosis, esclerosis tuberosa y el síndrome de Werner.
- Exposición a los productos químicos. La exposición a determinados productos químicos industriales y herbicidas, puede aumentar el riesgo de padecer sarcomas de tejidos blandos.
- Inflamación crónica (linfedema). El linfedema es una inflamación causada por una acumulación de líquido linfático que se produce cuando el sistema linfático está bloqueado o dañado. Aumenta el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado angiosarcoma.
Exposición a la radiación. Los tratamientos anteriores con radiación contra otros tipos de cáncer pueden aumentar el riesgo de sufrir sarcoma de tejidos blandos.
Es posible que el sarcoma de tejidos blandos no cause ningún signo ni síntoma en su fase temprana. A medida que el tumor crece, puede causar lo siguiente:
- Una protuberancia que se siente a través de la piel, que puede ser dolorosa o no
- Dolor en las extremidades
- Inflamación en las extremidades que no desaparece
- Debilidad de la extremidad afectada
- Pérdida de peso
El sarcoma retroperitoneal es un tipo de sarcoma que crece en el retroperitoneo, que es la parte posterior del abdomen, en esta localización los síntomas que pueden presentarse son:
- Dolor abdominal
- Aumento del volumen abdominal
- Induración abdominal
- Sensación de saciedad rápida al comer
- Estreñimiento
- Pueden adquirir un tamaño lo suficientemente grande para ser palpables en el vientre
Si te han detectado un sarcoma o tienes un diagnóstico sospechoso, es crucial contar con la evaluación de un cirujano especialista en sarcomas. La rapidez en el diagnóstico y tratamiento es clave para aumentar las posibilidades de éxito. Agenda tu consulta conmigo para recibir un tratamiento quirúrgico especializado y adaptado a tus necesidades.
Realizar un diagnóstico temprano ofrece mayores posibilidades de un tratamiento curativo.
Si existe la sospecha de que puedas tener un sarcoma de tejidos blandos, algunos estudios de imagen pueden ser necesarios para realizar el diagnóstico, determinar el tamaño del tumor, su localización exacta, si este tumor involucra estructuras como hueso, nervios o vasos sanguíneos, y si el sarcoma esta localizado o se ha diseminado a otros órganos; estos estudios de imagen pueden incluir una tomografía, una resonancia magnética o un PET/CT dependiendo de cada caso.
Puede ser necesaria una biopsia para confirmar que el tumor en cuestión se trata de un sarcoma de tejidos blandos y determinar qué tipo específico de sarcoma es, información que es útil para elegir la mejor estrategia de tratamiento que puede ofrecerse y establecer un pronóstico.
La forma en que se obtiene la muestra de la biopsia depende de tu situación particular, un experto en este tipo de tumores seleccionará la mejor técnica de biopsia para cada tumor. Se puede extraer con una aguja que se pasa a través de la piel o se puede cortar durante una operación.
Realizar la técnica de biopsia apropiada es una parte importante para tratar exitosamente los sarcomas de tejidos blandos. Una biopsia incorrecta puede causar que el tumor se propague y que haya dificultades al momento de extirpar el tumor.
Una vez realizados estos estudios, es posible determinar una etapa clínica de la enfermedad, es decir, que tan extendida está, lo cual permite elegir el mejor tratamiento y darte un pronóstico.
Confía en la experiencia de un especialista, estamos aquí para apoyarte.
El sarcoma de tejidos blandos generalmente se trata con cirugía para extirpar el tumor. Se pueden utilizar otros tratamientos antes o después de la cirugía. El tipo de sarcoma, su localización, su tamaño, qué tan agresivo es el sarcoma y si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo son factores que determinarán qué estrategia de tratamiento es la más adecuada para ti.
El objetivo de la cirugía para el sarcoma es resecar todo el tumor con márgenes libres, es decir con el tejido sin cáncer que rodea al tumor. En los sarcomas de extremidades es una prioridad preservar la extremidad, así como su función, siempre que sea posible; cuando existe involucro de estructuras vitales para preservar la extremidad como vasos sanguíneos, nervios o hueso, para algunos tipos de sarcoma puede realizarse perfusión de quimioterapia únicamente a la extremidad para encoger el tumor e intentar preservar la extremidad evitando una amputación. Esta estrategia se conoce como perfusión aislada de extremidad, y debe ser realizada por un grupo médico experto, ¡Contáctame! puedo evaluar tu caso y definir si esta es una opción para ti.
En algunos casos, además de la cirugía puede ser necesario complementar el tratamiento con radioterapia, la cual puede administrarse después de la cirugía para disminuir el riesgo de que el sarcoma recurra en el mismo sitio o antes de la cirugía para encoger el tumor, a fin de aumentar las probabilidades de que los cirujanos puedan extraerlo por completo; la decisión de si la radioterapia es necesaria y en qué momento es mejor administrar depende de muchos factores que deben de ser evaluados por un equipo multidisciplinario con experiencia. Cuando el sarcoma afecta los brazos y las piernas, la radiación puede ser una opción para reducir el tumor y evitar la amputación.
La quimioterapia es un tratamiento con medicamentos en el que se utilizan sustancias químicas para destruir las células cancerosas. Algunas formas de sarcoma de tejidos blandos responden mejor a la quimioterapia que otras y dependiendo de qué tipo de sarcoma se trate, su tamaño y algunos otros factores, puede ser necesario administrar quimioterapia antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor y aumentar las posibilidades de extirparlo o evitar que este se disemine a otros órganos, o después de la cirugía con el objetivo de disminuir el riesgo de que el sarcoma regrese en otros órganos como el hígado o el pulmón. Este riesgo y si es necesaria la administración de quimioterapia, debe ser cuidadosamente calculado por un equipo multidisciplinario con experiencia en el tratamiento de esta enfermedad.
Cuando el sarcoma de tejidos blandos es metastásico y se ha diseminado a otros órganos del cuerpo como el hígado o el pulmón, el objetivo es controlar la enfermedad, es decir limitar que el cáncer crezca o cause más daño, la quimioterapia se puede utilizar para controlar la evolución del cáncer, aliviar los síntomas y prolongar la supervivencia. Aún en este escenario de enfermedad avanzada, puede ser necesaria la cirugía o la radioterapia para aliviar los síntomas causados por el tumor primario, pero esto debe de evaluarse de forma individualizada. En algunos casos seleccionados la enfermedad metastásica es limitada y es posible resecar por completo con cirugía junto con el tumor primario y se ofrece esta opción además de la quimioterapia.
Actualmente existen también algunas opciones de inmunoterapia, es decir tratamiento con medicamentos que inducen al sistema inmunológico a eliminar las células malignas; o con terapias blanco, que son medicamentos que atacan proteínas específicas presentes en las células malignas.
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